
El manipulador introduce una mano en el cuerpo del títere y lo sostiene sujetando el eje en que se fija la cabeza, la cual tiene libre movimiento. La otra mano sostiene las dos varillas a la vez..
El origen de los títeres de varilla parecen remontarse al siglo XI, con la técnica del wayang-golek, la forma tradicional nacida en las islas de Java y Balí, en el archipiélago indonesio. De ahí proviene la denominación de títeres javaneses que también ostenta.. Pese a su antigüedad, no fue hasta principios del siglo XX, que está técnica comenzó a expandirse por el mundo occidental, gracias a los experimentos de Richard Tescher en su teatro de Viena.
TITERES DE VARILLA PLANOS

Si en lugar de una figura plana el mismo palo o eje central soporta un cuerpo con volúmen, tenemos un marotte, figura que parece tener su origen en el cetro del bufón medieval. Con las características y limitaciones del títere plano, tiene la ventaja de poder volverse. También aumenta su expresividad si se le introduce algún mecanismo de movimiento mediante piezas articuladas.
Lo que en Cuba se llama títere mimado y en Argentina marotte corresponde a una cabeza soportada por un eje central y ajustada a la pieza que forma los hombros, igual que los títeres de varilla, pero en lugar de cuerpo posee un batón de tela con una o dos aberturas laterales por las que el manipulador saca su mano enguantada.
Si el eje que sostiene la cabeza se alarga y se sujeta a la cintura del operador como el asta de un abanderado, pueden sacarse incluso las dos manos. En general la denominación de títere mimado puede aplicarse a cualquier muñeco de figura completa que sea movido directamente por las manos del titiritero, que en esta variante tiene que aparecer a la vista del público, como en el Bunraku.
Tomado del libro de Freddy Artiles:
“Títeres: historia, teoría y tradición.”