Dos niños jugando nos invitan a recorrer el mundo en su navío de fábula. Gracias a ellos llegamos a parajes fantásticos donde los otros nos sirven como espejo para reconocernos como descubridores que finalmente son descubiertos.
Poesía visual, juegos titiriteros, títeres de diversas técnicas, todo se conjuga para hacer de este espectáculo un pretexto que nos permita montarnos en el lomo de las olas, sin brújula y sin miedo, para jugar con la imaginación.
Poesía visual, juegos titiriteros, títeres de diversas técnicas, todo se conjuga para hacer de este espectáculo un pretexto que nos permita montarnos en el lomo de las olas, sin brújula y sin miedo, para jugar con la imaginación.
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